Las mariposas del recuerdo.


A Manuel lo conozco desde siempre, de toda la vida, a sus padres, a sus abuelos. Toda esa sencillez de su familia desborda en Manuel. Cuando me propuso leer su primer trabajo, no me sorprendió en absoluto que hubiera realizado la proeza de escribir un libro, sentí una sensación de orgullo inmediato aunque no fuera mía la obra, porque al leer un libro de una persona conocida nos deja ver entre sus líneas mucho más allá; puedes ver a la persona, su entorno, su familia, sus amigos, la relación con la gente que le rodea, en definitiva su historia, por ello siempre es un enorme regalo.
A parte de saborear la obra, saboreas la sensibilidad del autor de una manera diferente, estableciendo una conexión con su mundo, conociéndolo sin duda disfrutas mucho más. El autor se descubre ante el lector, entrega parte de su persona intima, su esfuerzo, su dedicación, que creo han marcado un antes y un después en Manuel. Conseguir un sueño siempre te ayuda a ser más realista en la vida aunque parezca una contradicción; superar lo que se ansía después de tanto tiempo, cultivar con tanto mimo y delicadeza cada detalle, incluso consigue que al pasar página sus mariposas te hagan sonreír; buscando hasta encontrar ilustraciones llenas de belleza que acompañan con enorme coherencia su escritura; eso no es capaz de hacerlo todo el mundo, sólo algunos privilegiados atraviesan las fronteras de las emociones con tanta cautela y candor.
Te emociona desde el momento que fijas tus ojos en la portada, incluso antes de empezar a leer su sugerente titulo. Todo ese trabajo que nosotros observamos a primera vista, es una labor exhaustiva, documentada, en la que convergen numerosos temas todos tratados con esa elegancia que da el saber de lo que hablas, por supuesto no pasa inadvertido.
Desde el punto de vista temático, un contenido auténtico derroche de creatividad, intuición y emoción, que se materializan en la obra en contraposición de dos mundos paralelos, que obligan al lector a quedarse atrapado en esa mezcla de realidad y sueño, esa fantasía abrumadora, que te hace aterrizar de lleno en fragmentos de nuestra historia local, de nuestra infancia, de nuestra vida.
La puesta en escena de su presentación fue sublime. Conexión intensa con la obra, sus melodías interpretadas con alma, llevándonos a la niñez de un salto y esa hermosa voz declamando con sutileza tan hermosos textos. Final bordado en frescura, en cercanía de Manuel.
Te felicito, creo en tú manera de expresarte, tanto en la escritura como la música y esta será sólo a primera de muchas otras obras.

Ana María Vacas Martínez-Blasco
Todas las obras pertenecen @ Ana Vacas


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