En el olvido


EN EL OLVIDO

No tengo recuerdos tristes de mi infancia, no se si es que no los había o simplemente no los  recuerdo , quizás la mente es selectiva y puede hacernos esa gracia, igual que hace la travesura de hacernos olvidar hasta nuestro nombre.

He descubierto, casi sin querer, que la vejez, es casi como la niñez, donde hay que volver a acostumbrarse de nuevo a todo, y es aún más difícil porque vienes de ser adulto, cuando todo lo dominas y  pocas cosas se hacen cuesta arriba, por eso la impotencia es aún mayor y sobre todo una desconocida.

Pero tengo que decir que después de tanta limitación me parece asombrosa la capacidad de superación y supervivencia del ser humano en su tercera edad, como así lo llaman, aunque no entiendo por que.

Los mayores no están de moda en esta sociedad de ahora, no hay tiempo de atenderles, de escucharles,  de dedicar un poco de tiempo para que ellos se sientan felices y no atormentados por el egoísmo de los demás. Si durante toda la historia,  en casi todas las culturas resulta que los mayores ocupaban el mejor sitio de sus hogares, eran los más sabios, los más respetados, los más escuchados…. creo que algo estamos haciendo mal, porque sin ninguna lógica no vamos a ser la civilización más inteligente,  creo que no.

Hace poco he conocido a una persona dedicada a la asistencia a domicilio de mayores, que ha vivido situaciones alarmantes, de personas que viven asistidas por sus familiares pero que en realidad se encuentran verdaderamente solas, Pueden estar bien cuidadas, pero necesitan  compañía, hablar, o pasear, esto es muy importante para su salud mental; la soledad es el mayor enemigo de todas las personas,  más aun de aquellas que son mayores, y se encuentran olvidados en no se que tiempo.

Porque los asilos están llenos de mayores a los que nadie va nunca a visitar, que si va alguna persona, todos quieren ver en ella a su nieto, a su hijo, etc.…. Sus miradas  están absolutamente perdidas, pero con una capacidad de perdón por los suyos tan grandiosa que asusta. Por eso son tan admirables nuestros mayores, aun sabiéndose olvidados prefieren renunciar a creerlo e inventarse mil y una ocupaciones para justificar el comportamiento de los suyos ¡cuanto pueden llegar a amar!

Por si todos estamos tan ocupados que no nos damos cuenta que los próximos mayores seremos nosotros,  que sembramos lo que después recogeremos, eso debe de hacernos pensar seriamente ¿porque vivimos así?  Que alguien me lo explique.

No se si yo quiero pertenecer a esta sociedad, materialista, austera, y vacía de sentimientos o prefiero sin duda volver a mi inolvidable infancia donde me encontraba protegida, por mi madre.

 

Ana María Vacas Martínez-Blasco


Deja un comentario